Funeral

El libro falleció, olvidado en la vieja y oscura mesilla. Los personajes, al descomponerse, dejaron un aire fétido, impregnado en las páginas del libro, en las esquinas de la habitación donde transcurre la historia. El argumento apenado, se consume, poco a poco, hasta desaparecer. Mientras, las letras, aterradas, ven como se han quedado sin hogar, mientras que las pudientes, lentamente, van abandonando el velatorio del blanco ataúd, en el que permanecerán para siempre las páginas por escribir.

Gracias a todos

Hola chic@s!

Cuando empecé a escribir poemas, lo hice sin pretensión de publicarlos. Escribía para mí, como valvula de escape de esta estresante sociedad. Era, digamos, mi diario de navegación, la brújula que me guiaba, nunca supe hacia donde. Alguno de estos poemas que aparecen en esta página cayeron antes en manos de algunos amigos míos, que me animaron a publicarles en un blog. De esta forma surgió este humilde blog, en el que mi única pretensión es desnudarme interiormente, mostrarme tal cual soy. Pensar en presentarles a un concurso era una utopía y lo hice más por desconfianza hacia mi poesía que por convencimiento. Por eso, ser elegido ser semifinalista a nivel nacional de un concurso literario, concretamente del convocado por el Centro Poético de Madrid, me hace sentirme inmensamente feliz. Es algo que colma todas mis aspiraciones. Y os lo debo a vosotros, a los que me leeis. Gracias por seguirme y por apoyarme. Y gracias a Pako, a María y a Vero por haber creído en mí. Sin vosotros, vivir este sueño no sería posible.

El poema semifinalista, que ya publiqué en este blog, es el titulado Como hojas en otoño

Anoche me visitaste

Anoche me visitaste.
Viniste a verme
en mitad de mis sueños,
sueños en los que,
sumido en la ignorancia
de tu amarga ausencia,
te quería, te amaba,
te poseía.

Mas despierto y no estás.
En mi almohada quedan
los restos de tu perfume embriagador,
los rescoldos de una pasión
que fue real
y que permanece anclada
en lo más profundo y oscuro
del mar de mis recuerdos.

Sin título

Tras la tempestad
siempre vuelve la calma,
esa tensa calma
que acompaña a un amanecer,
lleno de una frágil esperanza.

La lluvia es arte

La lluvia es arte.
Las gotas de agua,
caprichosas,
caen sobre el duro lienzo
formando un dibujo aleatorio,
lleno de tonalidades grises.