contenido de la página Recuerdos de Arcadia: 2010

viernes, 8 de octubre de 2010

Bendito pecho

Sueño con palabras,
que me asustan,
que me desvelan.

Sueño con la perdición,
con la traición
inquina, malicia, desasosiego.

Sudando me despierto,
mientras tu me besas,
mientras tu me abrazas.

¡Bendito sea tu pecho,
el lecho donde recobro la esperanza!
Mirando por el cerrojo
de la habitación en que estás retenida,
veo tu mirada abatida
y no puedo evitar un sonrojo.

Libre te quiero.
Por tu libertad,
por tu amistad
daría lo poco que poseo.

Mas soy yo el encerrado,
soy el que está al otro lado,
triste y abandonado.
Sólo espero llegar tarde
a mi cita con el destino.
Quiero desviarme del camino
marcado por esa luz
que delante mío arde.

No quiero seguirte,
ni que tu me sigas.
Si conmigo quieres venirte
no me lo digas.

Sólo sé que me iré.
No se donde ni cuando,
sólo sé que iré andando
y cuando llegue
ese día reiré
ese día gozaré,
aunque me veas llorando.

domingo, 3 de octubre de 2010

Recuerdos

Húmedos recuerdos
me asaltan y te veneran,
en esa aurora postrera
en la que tu presencia
me da dulce tormento.

Vengan a mi esos besos,
eras robadas caricias,
venenosas delicias
robadas de tu cuerpo.

Mas todo es un sueño,
una sugerente fábula
surgida de mi intelecto.

Susurro

Un suspiro en la almohada,
la noche que no alcanza
a saborear tu mirada,
clavada en la mía
como una lanza.

Un susurro al oído:
"Amor mío,
con tus caricias
Lees en mi piel,
los secretos que no sabe nadie,
pues como a nadie,
te he querido".

jueves, 1 de abril de 2010

La noche se pierde

La noche se pierde
En el fondo de tus ojos
Recuerdos de tus antojos
Sembrados en fulgor verde

Amarlos quisiera
Besarlos, domarlos
Quisiera comerte entera
Hacerte mía
Sentirme vuestro.

Llamarte amor mío,
Decirte vida mía
Que esto que yo siento
No es más que una felonía.

A tu lado me despierto,
Mi cuerpo,
Helado desierto,
Se desvela ante tu visión desnuda
Rebelando que tu amor
Es pura desventura

Amiga mía

Amiga mía,
si estuvieses a mi lado
no me sentiría vulnerable,
ni vulnerado,
al calor de tu voz afable.

Poco a poco fuiste amada
y siendo amada te hice mía,
sintiéndote deseada.

Amada mía,
si mi amor te hace feliz
¿por qué tuviste ese desliz,
dejando mi corazón vejado?

viernes, 26 de marzo de 2010

Agonía

Dos lágrimas surcando la meseta
Un grito desgarrado y sin sentido
Tratando de llenar el vacío
¡qué duro es ser poeta!

Y esas lágrimas regaron los surcos
Y aquellos surcos segaron las alas
Y aquellas alas nunca más volaron,
Y que inermes se quedaron,
Junto a los recuerdos oscuros
Donde se mueren las cosas malas.

Mas el grito permanece
Agónico, sin sentido.
Estoy malherido,
Y sin embargo amanece.