Desnudo ante ti

Desnudo ante ti me presento.
¡Mírame!
Sólo soy un trozo de carne,
lleno de luz y sentimiento.

Probé el dulce veneno de tus besos,
saboreé cada uno de tus cálidos abrazos,
me bañé en el verde mar de tus ojos
y acaricié de tu cuerpo todos sus poros.

Y cuando de lujuria me vuelves loco,
me dices que se acabó,
que fue bonito mientras duró.

Enamorado como estaba yo de ti,
y pensando que lo estabas tu de mí,
pensé que algún error cometí
y arrodillado perdón te pedí.

Y arrodillado sigo ante ti.
¡Mírame!
Ahora no solicito tu perdón,
ni siquiera tu comprensión.
Ahora sólo te pido
que te apiades de mí.